Estos colmillos fueron incautados por la Guardia Civil en colaboración con el Cites la semana pasada. ¿Qué relación tiene esta noticia con el arte y las antigüedades?
El marfil es un material muy apreciado en las artes decorativas, y a la vez sensible, ya que estos animales se encuentran en peligro de extinción, razón por la cual entran incluidos en el Convenio Cites. Extraído no solo de los elefantes, también del mamut, jabalí, rinoceronte, ha sido uno de los materiales nobles más utilizados en la ornamentación de las mejores piezas de las Artes Decorativas de todos los tiempos y corrientes artísticas. Pensemos en aplicaciones incrustadas en arquetas, elementos torneados del mobiliario antiguo, figuras crisoelefantinas, miniaturas, abanicos, joyería.
También se ha utilizado el marfil como materia base de la escultura antigua de pequeñas dimensiones. En el arte occidental es frecuente encontrarse con placas en relieve, crucifijos de marfil o figuras de la Virgen. En oriente estas piezas representan animales, plantas, personajes de la mitología y de las creencias populares. Por consiguiente hablamos de un marfil manufacturado, trabajado por artesanos, maestros talladores expertos desde el siglo XII al XIX. Los colmillos enteros pulidos sobre base de presentación, deben asociarse con trofeos de caza, más que con antigüedades.
¿Qué es el Convenio Cites, al que hace referencia la prensa cuando mencionan esta incautación en Colmenar de Oreja?
En 1975 entra en vigor el Convenio de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, más conocido como Convenio CITES. La adhesión de España se formalizó en 1986. Este convenio establece una red mundial de controles del comercio internacional y exige unos permisos, que cada pieza con este material debe portar. En la práctica supone prohibir el comercio de las especies en peligro de extinción.
Según el propietario de los colmillos, los había recibido de una herencia, pretexto tan socorrido como poco fiable. Tenía un permiso de caza de la República de Mozambique de 1970 falsificado, con el cual pretendía regularizar la operación. Ha sido acusado de los delitos de contrabando, falsificación de documento y relativo a la protección de la flora y la fauna. Para más información http://www.guardiacivil.es/es/prensa/noticias/5772.html
¿Cuál sería el uso que tendrían estos 72 colmillos incautados? Con toda probabilidad hubieran terminado en China. Es necesario manipularlos primero, prepararlos para que presenten la apariencia y el aspecto adecuados. Su destino final posiblemente hubiera sido Rusia, Japón, Países Árabes con una fuerte demanda de este tipo de piezas.
El objetivo es hacerlos pasar por piezas antiguas. Se trataría de tallar y envejecer los colmillos, lo que no siempre se consigue, ya que las piezas de marfil antiguas presentan huellas del uso y del tiempo imposibles de imitar, como patinas, grietas y desgastes que los peritos tasadores de obras de arte debemos identificar.
Desde mi experiencia como tasadora he tenido ocasión de peritar piezas falsas. Entendemos por falsificación el intento de engañar y manipular las piezas con vistas a obtener un beneficio económico, presentando un objeto artístico como algo distinto de lo que es. Son piezas de resina o marfilina, de color blanco brillante, con tallas bastante aceptables pero imposible de hacer pasar por antigua, para los ojos de un experto.
Telemadrid contactó conmigo para saber mi opinión sobre esta noticia. Estaban sorprendidos por la gran cantidad de piezas de marfil que se vendían por Internet. Sin embargo la mayoría de ellas, ni son antiguas ni son de marfil. No es recomendable en general la adquisición de antigüedades a través de Internet, y menos todavía piezas de marfil. Es necesario asesorarse primero, acudir a cualquiera de los agentes del mercado del arte; tasadores, anticuarios especializados, salas de subastas, que le ofrecerán toda la información sobre la pieza y las garantías suficientes en la operación.
Por eso digo siempre, un buen asesor es parte del éxito.