Encontramos en esta exposición una confluencia de facetas que nos brindan la oportunidad de reflexionar desde un enfoque diferente: arte, mujer y mercado.
Siempre es necesario recordar que, a la hora de valorar o tasar un cuadro, la temática o el género es un asunto de vital importancia. A propósito de la exposición de Clara Peeters en el Museo del Prado, pintora flamenca de la primera mitad del siglo XVII especializada en bodegones, analizaremos este aspecto de la pintura y su reflejo al mercado del arte.
Las naturalezas muertas, los floreros y bodegones siempre fueron y son un asunto recurrente en todos los periodos históricos del Arte. Grandes pintores abordaron esta temática. Sin embargo las mujeres pintoras se encontraban abocadas a este género, si querían dedicarse al noble arte de la pintura, ya que tenían vedada la práctica del dibujo del cuerpo humano. De esta manera lo que en otras épocas pudo ser una limitación, ahora resulta sumamente atractivo para el mercado del arte, que valora especialmente estos asuntos pictóricos.
La muestra también nos resulta interesante porque es una pintora la que ha ejecutado con suma presteza estas maravillosas escenas plagadas de ricos manjares. No se trata aquí de recurrir a reivindicaciones de género en el mundo artístico, algo por otro lado siempre es necesario, sino de reconocer lo excepcional de la llegada de una mujer al Museo del Prado.
Volvamos por un momento a los parámetros de referencia que utilizamos los tasadores de obras de arte. La calidad pictórica es sin duda un factor determinante del precio final de un cuadro y aunque no toda la producción de un/una artista presenta siempre el mismo nivel de ejecución, el mercado busca con mayor interés las altas calidades.
Esta es la razón del reconocimiento de Clara Peeters en el mercado del arte, en el mundo de las subastas, los anticuarios y los coleccionistas. Probablemente el mercado hace ya tiempo que se adelantó al reconocimiento académico que ahora rinde el Prado.
¡¡Quizás el mercado del arte no distingue de sexos!!
Las cotizaciones de las mejores piezas de Clara Peeters se mueven en una franja entre los 100.000 y 500.000 euros, compitiendo en igualdad de condiciones que los varones de su época. Veis aquí uno de los últimos cuadros subastados de la pintora, se trata del bodegón “Rebanadas de mantequilla, queso, jarro, copa de vino y cangrejos”, subastado en Sotheby’s en enero de 2015. Es un óleo sobre tabla de 40.8 por 57.9 cm, rematado en 440.650 euros.
Es por tanto innegable que la artista flamenca merece un lugar en la Hª del Arte por derecho propio, por el reconocimiento del mercado del arte y ahora también por el reconocimiento de las instituciones.
Siempre hay nuevos enfoques con los que ilustrar al público. Seguro que no quedará decepcionado con esta muestra en el Museo del Prado abierta desde el 25 oct hasta el 19 feb 2017.